
Por eso, un libro nunca puede fallar y si es bueno mejor, para lograr el nivel de abstracción necesarias en esas horas (con suerte minutos) de insufrible puesta a prueba de la paciencia.
Así fue que entré a la sala, esperando que el oculista me atienda, metiéndome de lleno en las páginas de ‘La condición humana’ de André Malraux. Cuando estaba a punto de cumplirse una hora, entraron dos señores de alrededor de 65 o 70 años, enfrascados en una conversación qué, aparentemente, querían compartir con el resto de los ‘pacientes’.
- ... es que es lo más lindo que te puede pasar en la vida. ¿Qué más podés pedir? A nuestra edad...
- Si ya sé. Es la mujer más hermosa que conocí después de Elida y aunque no lo creas, creo que estoy perdidamente enamorado.
Con esas frases, creo que ya habían capturado los oídos discretos de todos los presentes, incluso los míos. Después de enumerar por lo menos 15 atributos de una maravillosa mujer, esperaba escuchar que era una pendeja, pero para tirar al tacho todos mis prejuicios, el enamorado agrega: “Mi hija dice que no le dé importancia a la edad, que a esta altura de la vida que sea mayor que yo no tiene ninguna relevancia”.
Con esas palabras, me di cuenta que no había jamás escuchado a nadie mayor de 50 años hablar de amor, de enamorarse y de pensar un proyecto de vida. Entonces me puse ansiosa, anhelando que la conversación se volcara hacia un costado más sexual porque la curiosidad me estaba matando. ¿Cómo se sentirá la calentura a los 70 o a los 80? ¿Existe tal cosa? Acostarse por primera vez con alguien a los 70, ¿Qué expectativas se tendrán? ¿Los orgasmos seguirán siendo los mismos?
De repente, bajaron el tono de voz y supe que se venía la parte más jugosa del coloquio.
- Y el otro día... ¿qué tal?
- (tímido) Nada... me dio miedo.
Ahí me llamaron a pasar al consultorio, y mientras me analizaban los ojos no podía dejar de imaginar como habría continuado esa charla. Salí con mi receta para lentes nuevos, la prescripción de unas gotas, y busque disimuladamente con la mirada a los señores, que habían vuelto a hablar a los gritos pero ya de un tema mucho menos interesante, como su operación de cataratas, a la cual se había sumado una señora recién llegada.
Me tomé el ascensor, salí a la calle y tomé el subte para ir a trabajar. Ahí abajo, un viejito se sentó al lado mío, y no podía dejar de preguntarme si a ese también le habría pasado lo mismo que aquel que había conocido hace un rato.
Desde ayer, los viejos adquirieron para mí, una nueva dimensión que antes desconocía.
Aprovechá, nena!!! Neustadt sigue divorciado!
Jaaaaaaaaaaaaaaaaaa
Pero yo solo tenía la duda por ellos, ningún interés particular EN ellos.
Besos
Dicen que a esa edad es como jugar al pool con una soga....no creo......no deben estar tan firmes como la bola 8
Ahí está, ahí está!! para los giles que se sienten viejos a los 30ypico.
Me gusta mucho como contás las historias, che. Muy lindo.
Neo: Quizás con un viagra lo solucionan... la verdad que no tengo idea.
MB: Si si.. ser viejo, intuyo es solo una cuestión de actitud. Y gracias por lo halagos.
Besos a discreción
Voy a recurrir a la mismisima experiencia: mañana mismo le pregunto a mis abuelos!! Después le cuento
Siempre es bueno volver a las bases. Adelante cumpa. Espero las novedades.
No me extrañaría. En estos días estuve releyendo el "Elogio de la locura" de Erasmo y en uno de sus capítulos alude en cierto modo a esta situación con los viejos, que cuanto más viejos se vuelven, otro tanto más regresan a sus primeros tiempos de juventud y de niñez. Es por eso que se enamoran apasionadamente, comen golosinas a hurtadillas y van encantados de la vida por ahi.
Esto no es una regla general, pero bien vale para tu lindo relato.
Saludos
Cada día me convenzo más que la curva de nuestras vidas no es otra que la de Gauss.
Besos
Uno tiende a ver a los viejos como asexuados; cuesta asumirlo, pero ¡la de fiestas que se arman en los viajes de jubilados! Creo que esa idea de que después de cierta edad el amor es "comprensión, afecto, paciencia, etc." es una manera absurda de tapar que, por más años que se tengan, somos seres sexuales hasta el día de nuestra muerte. Obvio que a distinto nivel y de diferente modo, pero lo somos.
Muy cierto, no es más que el impulso sexual lo que nos mantiene vivos.
Besos
Me hicieron acordar de mi abuelo. A los ochenta y tantos y a modo de saludo, yo solía tantearlo y decirle: -Y viejo: ¿Cómo anda esa poronga?
Y el viejo se reía como loco y me inventaba hazañas sexuales para que yo también me riera...
LEO EL COMENTARIO DE Amperio y me siento como una niña...despues de lo que èl le decìa al suyo y yo sin animarme a preguntarle a los mìos!
Parentesis, sin poder loguearsse en casi ningun blog
Amperito: Ud no deja de sorprenderme... su familia debe ser de antología.
Paren anónima: Lástima que no me tiene novedades de sus abuelitos. A mi me anduvo pasando lo mismo en muchos blogs, incluso de no poder verlos directamente. Juan Carlos Blogger se esta portando muy, pero muy mal.
UAP para ambos
interesante el tema, buenisimo tu blog, buenisimo tu post
felicidades para este año que entra, y hasta luego, volvere por aqui